EL CASERÍO FARASHA REINVENTA LA VIDA RURAL MARRAKCHI

Enclave alejado de la ciudad, Farasha Farmhouse es mucho más que una casa de campo. Bajo la atenta mirada de Aire au Carré, se ha imaginado como un retiro lejos del bullicio de la medina. Un lugar para reconectar con la naturaleza, donde la arquitectura minimalista deja paso a la fuerza de los elementos...


UNA FIRMA MIXTA

La historia de Aire au Carré es sobre todo la de sus socios fundadores Dorothée Ricard y Sylvain Ragueneau. Recién licenciados, descubrieron Marrakech en 2006. Atraídos por la mezcla única de modernidad y tradición de la ciudad, el dúo quedó maravillado por su notable artesanía, su saber hacer ancestral y su estilo arquitectónico, alejado de los códigos europeos. Tras formarse en varias empresas, en 2017 fundaron su propia agencia de arquitectura e interiorismo, bautizada con el atractivo nombre de Aire au Carré. Su ambición declarada es firmar proyectos mixtos en los que la artesanía y el saber hacer marroquí estén al servicio de la arquitectura moderna. Mucho más que un deseo de independencia, crear su propia agencia les da la libertad de diseñar espacios en los que conviven armoniosamente elementos contemporáneos y tradicionales. Fieles al espíritu Marrakchi, sus proyectos aprovechan al máximo la riqueza cultural local y la innovación respetuosa con el medio ambiente. O cómo imaginar espacios vitales tan sostenibles como deseables...

RESPETANDO EL ALMA DEL LUGAR

Tierra de brillantes colores y dulces fragancias, Marruecos es una de las cunas de la humanidad. Con su historia centenaria, su hábitat tradicional se funde con rara facilidad con su entorno natural intacto. Y Marrakech no es una excepción. Conocida por el esplendor de sus majestuosos palacios y frondosos jardines, esta ciudad medieval heredera del imperio bereber afirma su audacia contemporánea a los pies del Atlas, a medio camino entre el océano Atlántico y el desierto del Sáhara. Respetuosa con el entorno privilegiado en el que opera a diario, Aire au Carré se compromete a elegir proyectos que combinen confort y autenticidad. Porque la integración de elementos más contemporáneos nunca puede hacerse en detrimento del alma de un lugar. Con esta idea en mente, la agencia emprendió la renovación de la granja Farasha, una antigua residencia de artistas en las afueras de la ciudad. No se trata de un alarde de fuerza, sino de una arquitectura discreta que deja que la naturaleza se exprese. Enclavada en el corazón de un olivar, un auténtico bosque doméstico de 450 árboles y un jardín salvaje y regenerador diseñado por Marius Boulesteix, la propiedad se alza a la sombra de una naturaleza indómita. Aire au Carré ha procurado que cada material y cada detalle de la arquitectura interior estén en armonía con este entorno. Un minimalismo que se adapta perfectamente al espectáculo cambiante del exterior con el paso de las estaciones...

LA PERFECCIÓN EN LOS DETALLES

Transformada en un espacio luminoso y abierto, Farasha Farmhouse es una casa que difumina los límites entre el interior y el exterior. En el exterior, las montañas del Atlas y el desierto de Jbilet vigilan de fondo, mientras que en el interior, la delicada decoración rinde homenaje a la artesanía marroquí. Sin caer nunca en las trampas del exotismo fácil, Rosena Charmoy, la propietaria, ha impregnado el lugar de su gusto por las cosas bellas hechas a mano. Cada habitación es una conversación íntima entre su ojo y el saber hacer local. No hablamos de interiorismo, sino de trabajar atmósferas, materiales y emociones. Es una experiencia multicultural que fusiona diversas influencias. Es la esencia misma del trabajo de Aire au Carré...

AIRE AU CARRÉ
AIREAUCARRE.COM

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