Este cazador de imágenes y cineasta canadiense sublima estas arquitecturas infravaloradas en un viaje fotográfico por carretera a través de las antiguas repúblicas soviéticas.
"Las paradas de autobús desaparecen muy deprisa. Si vuelvo dentro de un año, podrían haber desaparecido, haber sido demolidas o reconstruidas. Estas imágenes pueden ser lo único que quede al final. Quiero darles una especie de inmortalidad". Este es el punto de partida de la serie Paradas de autobús soviéticas de Christopher Herwig. Desde hace treinta años, este fotógrafo y cineasta canadiense afirma su determinación de encontrar belleza e inspiración en todos los aspectos de la vida. Ha hecho autostop de Vancouver a Ciudad del Cabo, ha cruzado Islandia a pie y en balsa, y ha recorrido Europa en bicicleta, capturando miles de fotos de las regiones más remotas del mundo para GEO y CNN Travel. El proyecto Soviet Bus Stops, que comenzó en 2002, se convirtió en un fascinante viaje de más de 50.000 km por una quincena de países de la antigua URSS.
Creatividad y rechazo de los códigos establecidos
Con formas de pájaros, olas, polígonos, sombreros de fieltro tradicionales, tipis... las estructuras quitan el aliento en este diluvio de imaginación y materiales. Christopher Herwig ha inmortalizado estas joyas olvidadas de la arquitectura soviética a lo largo y ancho de Ucrania, Bielorrusia, Uzbekistán, Armenia y la lejana Siberia oriental. El resultado son dos libros (2015, 2017) y un documental (2022), extraídos de sus archivos fotográficos. A partir de esta variedad de estilos -del brutalismo estricto a la fantasía exuberante-, este cazador de imágenes revela historias asombrosas, nacidas de sus encuentros con algunos de los diseñadores. "Construidas por individuos que decidieron seguir sus propios deseos artísticos, estas paradas se convirtieron en un medio de expresar conceptos locales y artísticos de forma modesta ", insiste. "Sus paradas de autobús se concibieron como discretos actos de creatividad contra el abrumador control estatal".
