Jing Hong: un sueño que flota entre el arte y la arquitectura

El rojo se arremolina en el aire, atrapando la mirada y despertando el espíritu. Jing Hong, la monumental instalación de Wei Zhang, transforma el espacio en un ballet aéreo. Mezcla de arquitectura, movimiento y estética china, esta obra envolvente es una fusión de tradición y modernidad. Presentada en la Academia China de Pintura al Óleo de Pekín, es una invitación a una experiencia en la que el arte se convierte en poesía.

Un homenaje a los mitos y la caligrafía del viento

Inspirada en laOda a la Diosa Luo de Cao Zhi, Jing Hong celebra la feminidad y la fluidez. La estructura evoca un sueño suspendido, con seda escarlata danzando en un viento artificial. Cada ondulación traza una caligrafía móvil, ligera y escurridiza en el espacio.

Arquitectura sin restricciones, la poesía del espacio

Con 100 metros de largo y 6 de alto, Jing Hong desafía las leyes de la gravedad. Sin columnas ni puntos de anclaje visibles, se basa en una proeza técnica: un esqueleto de hierro soldado a mano diseñado a partir de un modelo de tamaño natural. El tejido mate y translúcido capta la luz natural, transformando cada mirada en una nueva percepción.

Un viaje sensorial y emocional

Esta instalación no es sólo algo para contemplar: es algo para experimentar. Los visitantes pueden caminar por el interior de las volutas, sentir la sensación del vuelo suspendido o utilizar el espacio para sesiones de moda o eventos.

A cada paso, la perspectiva cambia. La luz del sol poniente se refleja en la seda, tiñendo el espacio de un naranja flamígero. La experiencia se vuelve íntima, casi meditativa.

Diálogo entre tradición y modernidad

La instalación encaja en un espacio sorprendente: una galería inspirada en la arquitectura gótica occidental, con capacidad para 200 personas. El contraste entre la rigidez arquitectónica y la fluidez textil crea una alquimia única. Aquí, el arte chino milenario se encuentra con una estructura europea, dando lugar a un cautivador diálogo visual.

Jing Hong no es sólo una obra de arte, es una invitación a viajar. Nos recuerda que el arte, mucho más allá del objeto, es una experiencia viva, un espacio donde el movimiento y la imaginación danzan juntos.

Las experiencias y la cultura que nos definen

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