
Disfrutar del sol de medianoche en verano y admirar la aurora boreal en invierno desde tu propia cama o jacuzzi privado: todas buenas razones para pasar unas noches en este sencillo alojamiento de lujo... reservado con al menos siete meses de antelación. Andreas y Sabrina, una pareja de Suiza y Alemania, diseñaron estas siete cabañas con grandes ventanales (¡hasta el techo!) que se abren a un paisaje natural de cruda belleza. Todas están construidas con vidrio, acero y madera, siguiendo el modelo de las casas tradicionales islandesas. La última incorporación tiene capacidad para cinco personas. Un refugio contemporáneo totalmente equipado, a sólo 50 km de Reikiavik, pero aparentemente aislado de la civilización.









