EL HOTEL DE LA QUINTA AVENIDA, UN GABINETE DE CURIOSIDADES CONTEMPORÁNEO

En el siglo XIX, Charlotte Goodridge organizaba suntuosas recepciones para la alta sociedad neoyorquina en su mansión de la Quinta Avenida, en la calle 28.

El edificio de ladrillo y piedra caliza, reconocible por su estilo renacentista italiano, sigue en pie y, ahora con una torre de 24 plantas, acaba de transformarse en un nuevo hotel de lujo que celebra la época dorada del distrito: el Hotel Quinta Avenida. 

Su nuevo propietario, Alex Ohebshalom, confió la renovación al diseñador estrella del momento, el sueco Martin Brudnizki, y al arquitecto estadounidense Perkins Eastman. El encargo consistía en reproducir el espíritu glamuroso y sofisticado de la época en las 153 habitaciones, algunas con terraza, y en todas las zonas públicas, restaurantes y bares, incluido el Portrait Bar, un ambiente íntimo de gran éxito. Motivos y colores a raudales, obras de arte (como un tapiz de Pae White), fotografías (de William Klein, Melvin Sokolsky...), antigüedades (espejos facetados, muebles chinos), objetos preciosos (una araña de cristal de Murano) o inesperados (cristales de todas las formas)... 

Los interiores, eclécticos y de diseño exuberante, evocan el hogar de un epicúreo, coleccionista y viajero del mundo: el perfil mismo de Alex Ohebshalom, un vagabundo moderno que ha cruzado el globo, de Marruecos a Birmania, de Botsuana a las Islas Feroe. 

thefifthavenuehotel.com

Céline Baussay

Las experiencias y la cultura que nos definen

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