La artista y diseñadora Abigail Dougherty, alias Neon Saltwater, crea interiores digitales e instalaciones en el mundo real, saturados de color y neón, que evocan la nostalgia de las décadas de 1980 y 1990.

Abigail Dougherty trasciende el tiempo y el lugar a través de sus diseños digitales y tangibles. A esta artista emergente de 33 años de Seattle siempre le han fascinado el color y los espacios interiores. "De niña estaba obsesionada con los lápices de colores, y más tarde con la pintura al óleo. Y siempre me han gustado las habitaciones, solía reorganizar mis muebles yo sola, me encantaba la sensación de cambiar de espacio. Es más que una forma de expresión funcional o estética. La energía que existe en los espacios me parece espiritual, y ésa es mi mayor inspiración". Esta antigua estudiante de diseño de interiores en el Cornish College of the Arts despegó rápidamente, creando su propio mundo mediante modelado en 3D. Su obra se inspira en fotografías de cine, decorados de películas, vídeos musicales, moda, tipografías vintage, letreros de neón, portadas de novelas de terror de culto, revistas, catálogos y otros anuncios publicitarios de los años 1970-1980-1990. De este modo, transforma lugares ordinarios y familiares en entornos oníricos, jugando con el color, la luz y la atmósfera para crear espacios escénicos de ensueño.


De lo virtual a lo real
Es una invitación a la nostalgia. Con emoción, ternura, energía e imaginación. Aunque la tecnología digital se ha convertido en su válvula de escape, Abigail Dougherty no ha tardado en trasladar su universo al mundo real a través de instalaciones, pop-ups (Barneys en Nueva York) y exposiciones. Una de sus últimas creaciones, Mystery Cruise 1990 . Justkids invitó a la treintañera a finales de 2022 a refrescar una estación de servicio de los años 30 en Las Vegas para Life is Beautiful. La plataforma artística multidisciplinar ha sido la encargada de programar este festival desde sus inicios en 2013, invitando a un buen número de talentosos artistas como Shepard Fairey, Lakwena, Okuda San Miguel, Felipe Pantone y Camille Walala. "En un momento en el que los artistas están pasando de lo físico a lo digital, pensamos que sería interesante exportar las maravillas cibernéticas de Neon Saltwater a una experiencia artística no virtual, no solo en una pantalla, sino en una forma tangible de arte público", explicó entonces la comisaria y directora Charlotte Dutoit. De este modo, la arquitectura vintage se transforma en un magnífico paisaje retro de colores empapados de neón, que atrae tanto a los nostálgicos como a la Generación Z, aficionada a este resurgimiento de la estética del efecto 2000 y de los años ochenta y noventa.










