Tras años de reinado supremo, el estampado de leopardo parece dejar paso a un motivo más ligero: los lunares. En las pasarelas de la temporada primavera-verano 2025, las siluetas se cubren de pequeños lunares redondos con toques retro. ¿Se trata de una moda pasajera o del regreso de un clásico infravalorado? Echemos un vistazo a una confrontación textil tan estilosa como simbólica.
Jacquemus se centra en los guisantes
La última colección de Jacquemus vio florecer los lunares en muchas siluetas, reviviendo un motivo retro que está más que nunca de moda. Simon Porte Jacquemus celebró los lunares desde todos los ángulos en su desfile de primavera-verano 2025, La Croisière. La paleta del desfile fue deliberadamente sobria -blanco, negro, arena, con algunos toques de rojo- para resaltar los cortes arquitectónicos, mientras que los lunares y las rayas puntuaron varios looks en un espíritu de motivos atemporales. El lunar es el emblema de la marca, que ancla la colección en una estética neo-retro, de posguerra. La mujer Jacquemus de esta temporada parece haber salido directamente de los años cincuenta, con abrigos oversize, pantalones curvados y faldas lápiz dignas de Marilyn Monroe. "Me inspiré mucho en el optimismo de la posguerra de los años 50, cuando no se sabía si una mujer podía ser una francesa ultra chic o una estrella de Hollywood", explica el diseñador. Los lunares se convirtieron así en un hilo visual y narrativo que recorre el desfile, simbolizando tanto el candor alegre como el glamour vintage.


Duelo de estampados: lunares contra leopardo
La confrontación entre estos dos estampados icónicos no es en absoluto trivial, ya que cada uno posee una rica herencia estilística. Motivo salvaje por excelencia, el leopardo ha atravesado las décadas cambiando de piel. Símbolo de chic y elegancia desde el primer desfile de Dior en 1947 -favorecido entonces por Jackie Kennedy y la reina Isabel II-, se convirtió en el estandarte de la moda rebelde en los años del punk-rock, con iconos como David Bowie y Madonna. Indomable, el estampado leonado dejó su huella en los diseñadores de moda (Yves Saint Laurent lo convirtió en un must-have en 1968) y en la cultura pop de los 90, lucido tanto por Fran Fine como por Kate Moss. Tras una pausa de algunos años, este motivo depredador volvió con fuerza el invierno pasado y se convirtió en una de las tendencias clave de las colecciones otoño-invierno 2023-2024.
Frente a ellos, los lunares desempeñaron un papel más alegre pero igualmente duradero. Popularizados durante los locos años veinte en trajes fluidos y festivos, alcanzaron su edad de oro en los años cincuenta, encarnando la feminidad traviesa y refinada: la era pin-up de Marilyn Monroe y Audrey Hepburn con vestidos entallados de lunares. Entre psicodélico en los sesenta y XXL en los ochenta, este estampado oscila entre la nostalgia y la fantasía, reinventándose con cada década que pasa. Los lunares, relegados durante mucho tiempo a los armarios de la vieja moda, vuelven triunfantes: chic y fáciles de llevar, conquistan a una nueva generación de diseñadores y fashionistas. La rueda de la moda ha girado: mientras que el leopardo ha dominado nuestros armarios en las últimas temporadas, "es un estampado completamente diferente (y de lunares) el que establecerá su reinado de moda en 2025: el estampado de lunares".


En resumen, todo apunta a que este motivo retro y divertido será el nuevo rey de los estampados de lujo en 2025. Pero tranquilicemos a los fans acérrimos del leopardo: los clásicos nunca mueren, sino que hibernan, listos para resurgir en el próximo punto de inflexión estilístico.








